Héroes Combatiendo el Coronavirus
- COMSYSO
- 2 nov 2020
- 2 Min. de lectura
¿Sabes que hace a un héroe, un héroe? No son sus superpoderes en sí, sino la valentía de usarlos para enfrentar el peligro en favor de los demás.
Esta es la labor que están realizando miles de doctores, enfermeras, laboratoristas y demás personal sanitario que ha redoblado sus esfuerzos para combatir esta pandemia, a pesar de las circunstancias adversas y con la sola misión de ayudar al prójimo.
Este articulo es en reconocimiento a su noble trabajo y en memoria de quienes dejaron su vida por salvar la de otros.

Es notorio que la pandemia cambió las condiciones de trabajo de la mayoría de la gente. Sin embargo, el sector de la salud fue el más afectado, no solo por tener una probabilidad más alta de riesgo biológico sino porque se incrementó la carga física y mental de trabajo.
De entre los factores de riesgo laborales a los que están expuestos son:
Jornadas extenuantes que incluyen más horas de servicio y más carga de trabajo por tener un número elevado de pacientes.
Escasez de equipos de protección personal por ser un elemento requerido por todos, se limitó el aprovisionamiento.
Alta carga mental para encontrar la mejor manera de combatir la enfermedad según las características de cada paciente y resolución de complicaciones con los recursos que se tienen al alcance.
Falta de equipos y medios para atender tantas emergencias. Lo centros de salud tienen un número limitado de recursos porque no se preveía tanta afluencia.
Otros riesgos psicosociales derivados del contexto emocional que lo rodea.
No hay una explicación mas clara de las condiciones de trabajo, que el testimonio mismo de quien vive esta realidad día a día. A continuación, dejamos el relato de un doctor:
Toda mi vida soñé con convertirme en doctor, quería ayudar a la gente a aliviar sus dolencias. Sabía que iba a tener momentos difíciles, pero jamás imaginé lo que estaría a punto de vivir.
El hospital cada vez está más abarrotado y las camas de la UCI son insuficientes para tantos casos. Yo trabajo a seis brazos, horas extras sin aumento de sueldo y si acaso puedo desayunar ese el único alimento que ingiero en el día.
Nadie está preparado para ese grado de desgaste físico pero lo más complicado de manejar es el desgaste emocional que la pandemia trajo consigo. Por un lado, está el enfrentarse a combatir una enfermedad para la que no se tenía un respaldo científico previo y por otro, el vencer los miedos propios de contraer la enfermedad e infectar a los nuestros.
Muchos de mis compañeros de trabajo se contagiaron y unos pocos murieron. Aquí la muerte esta a la orden del día. A pesar de dar nuestro mejor esfuerzo, con impotencia miro como las personas se desvanecían en mis brazos. El miedo en los ojos de los pacientes, sus cuerpos débiles y tantos gritos de desconsuelo me van desgarrando el alma.
Todos esperamos que disminuya la curva de contagios porque sentimos nuestra salud física y mental amenazadas.
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